Cambiar el pasado es posible

 

 

Tenemos grandes capacidades cognitivas (es decir, de aprender y recordar); sin embargo, ninguna de estas capacidades serían lo que son sin contar con la memoria.

La neuroplasticidad cerebral es la base de la memoria. Cuando guardamos algo en nuestros recuerdos lo que hacemos es crear nuevas redes neuronales. Cuando traemos ese recuerdo y activamos esa parte de la memoria, ese recuerdo, lo que estamos haciendo realmente es relacionando esa evocación con otras redes neuronales que se activan en grupo.

Nuestro cerebro de forma continua está creando nuevos registros en la memoria y borra otros ya sea por desuso o falta de utilidad o bien, para dar lugar a nuevos recuerdos. Cada vez que creamos un recuerdo en la memoria lo asociamos a algo. Un elemento relevante o impactante en ese momento del suceso. Puede ser el estado de tiempo en ese momento, razón por la que algunas personas podrían o deprimirse o sentir sueño cuando llueve. Podría asociarse a un olor, una canción, una persona, un rostro o un atuendo, la ropa que usabas ese día o bien, un lugar específico.

De la misma manera, asociamos los recuerdos a un sentimiento o emoción. Por esto, cada vez que nos encontramos con un elemento «asociado», puede producirte el mismo sentimiento o la misma emociones (aunque no sepas por qué)

Todo esto nos da una excelente noticia. Es posible que se pueda asegurar que podemos cambiar los pensamientos y sentimientos o emociones del pasado. Eso que no te gusta recordar o sentir, puedes cambiarlo.

Si recuerdas algo que no es agradable o que te deprime o te hace sentir mal, intenta asociarlo a una nueva emoción, una emoción diferente, agradable y positiva. El cerebro creará modificaciones en su interconectividad neuronal y vas a notar el cambio. No asocies un mal recuerdo con la misma emoción negativa siempre, pues estarías reforzando esa sensación. Recrea y asocia experiencias nuevas con esos recuerdos y es como se de pronto, tu pasado cambiase.

En psicología, son utilizadas varias técnicas para lograr evocar «malos recuerdos» o experiencias y re asociarlas reestructurando nuevos mapas de conexión neuronal consiguiendo aumentar la tranquilidad y la felicidad.