
El síndrome del Antagonista es un padecimiento emocional que representa un fuerte impacto en quienes le rodean y, con mayor influencia, en quienes lo experimentan.

Quienes padecen este Síndrome poseen una autoestima muy débil. Pueden haber vivido experiencias dolorosas y traumáticas. Aún de forma no consciente, conservan permanentes sentimientos de culpa, tristeza y rencor no identificados o reconocidos racionalmente.
La persona con este síndrome siempre está en problemas (reales o ficticios). Siempre tiene (o busca) una razón para estar preocupado, triste o enojado. Siempre tiene algo «malo» que contar. Siempre sufre de mala suerte o desventura. Siempre le «va mal» en lo que hace. Y se queja con frecuencia de la traición de otras personas. Siempre se presenta a sí mismo como «víctima».
Busca así llamar la atención de los demás. Busca obtener compasión y que otras personas se acerquen. Este trastorno provoca que somatice (que el cuerpo – físico – sufra) y frecuentemente está enfermo. Dolores de cabeza sin explicación médica, dolores musculares, alergias espontáneas, malestares estomacales y otros similares son frecuentes.

El síndrome del Antagonista es una forma de exogenar (manifestar) y gestionar su necesidad de perdonarse y sentirse perdonado. También su necesidad de aprobación, afirmación y/o superar traumas. En algunos casos es su forma de autocastigo para pagar su «deuda».

Con terapia y acompañamiento puede ser superado y lograr tener y mantener una mejor calidad de vida. Mejora su autoestima, mejora su relación social, personal y sentimental.

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